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Volver a ser ciudadano gracias a los libros

marcelo-augusto 

Nos ha llamado la atención esta noticia-reportaje sobre un ciudadano brasileño que tuvo la mala fortuna de quedar inválido y perder todos sus papeles tras un accidente pero que ha encontrado en los libros un sustento y un medio para reconstrtuirse como ciudadano.

La noticia fue publicada en el diario brasileño EM (Estado de Minas) el 3 de febrero de 2014

Dice asi:

Nuestro protagonista conducía una moto por la Avenida de los Andradas y en una curva mal trazada, derrapó y cayó en la ribera del Arrudas. La vida de Marcelo Augusto dos Santos Soares, que trabajaba desde hacía unos 4 años em Belo Horizonte como vigilante, cambió de forma radical. Fue en 2008. Después de cuatro meses en el hospital João XXIII, con la pierna izquierda amputada, sin los documentos que fueron aguas abajo, no tuvo elección y acabó en la calle.

Así fue de acá para allá, pero siempre con un libro en las manos para leer y no “perder la cabeza”. Deambulando por el centro de la ciudad fue haciéndose con más títulos. De ahí surgió la idea de venderlos para poder sobrevivir en una vida sin rumbo.

Por “cuestiones de seguridad”, Marcelo fue a vivir debajo de uno de los dos viaductos que cruzan la Avenida Cristiano Machado, del lado del barrio Silveira, región nordeste de la capital. De lunes a sábado, de 9 a 15 horas, él alterna los puntos de venta. A lo largo de la jornada, Marcelo cuenta el dinero ganado, que le alivia una supervivencia desprovista de casi todo menos del gusto inquebrantable por la lectura.

Aunque aceptando su situación de morador de la calle y de exponer los libros sobre un trozo de tela, protegidos por un plástico, Marcelo no se desanima. Hay días que gana entre 10 y 20 reales (de 3 a 6 euros), pero hay otros que los pasa en blanco, sin embargo, da para ir tirando. Marcelo necesita también una copia de certificado de nacimiento para poder solicitar nuevos documentos personales, lo que le permitiría solicitar una pensión por invalidez al Instituto Nacional de Seguro Social (INSS). Como no tiene parientes vivos en Bahía, intenta contactar con el viudo de una tía fallecida en Salvador y así solucionar un nuevo registro civil.

Marcelo, que cumplirá 9 años el 9 de abril, acepta libros de todos los gustos. Su género preferido es la novela, pero lée otros para pasar el tiempo. Sus clientes son de todas las clases y de todos los credos. Lo mismo vende libros de autoayuda y de poesía, que de economía, historia o de ficción. “No hago una selección de los libros que consigo, ni los que coloco a la venta; los pongo en el suelo y apelo a la buena voluntad de quien pase por aquí”. ¿Quién sabe si mañana voy a tener una vivienda y vender esos libros de un modo más fáci?”, dice el bahiano, que entre los libros expuestos, tiene obras de su paisano Jorge Amado (Tienda de los milagros), así como de Hernest Hemingway, Manuel Scorza y muchos otros autores renombrados.

Antes de recoger su mochila cargada de libros e ir para el otro lado de la avenida, cruzando una extensa pasarela, para “ganase el día”, Marcelo chequea su muleta y suelta uno de sus pensamientos esbozados en un cuaderno roto: “Sería tan bueno si todos los sueños buenos se volvieran realidad y las tristes realidades no pasasen apenas de sueños”. Mientras tanto, Marcelo acepta que él es apenas un rostro en las márgenes de una calzada, una persona que no tiene cómo probar que existe. A pesar de ello, en los libros, encuentra la fuerza para creer que, un día de estos, volverá a ser un ciudadano brasileño.

Esta noticia ha sido traducida por nuestro compañero Rafael Morales Durán

 

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