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Función democrática de la Biblioteca Pública en la Sociedad de la Información

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Recogemos aquí por su interés, parte del artículo recientemente publicado en la revista de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios (AAB, boletín 107) por parte del profesor Pedro López López, profesor de la Facultad de Ciencias de la Documentación, de la Universidad Complutense de Madrid.

Este texto vio anteriormente la luz como Conferencia pronunciada el 23 de mayo de 2014 en Armilla (Granada, España), durante la jornada bibliotecaria Bibliotecas y sociedad (encuentro con bibliotecas municipales de la provincia de Granada).

Como dice el propio resumen del artículo:

En la actualidad, la crisis ha llevado a la exclusión social a miles de personas, y también vemos una involución de la democracia. La biblioteca es, cada vez más, un centro de inclusión social. En la batalla de la democracia, de los servicios públicos, no puede faltar la biblioteca. Tanto la entidad bibliotecaria como el personal que la atiende debe convencerse de su papel en el fortalecimiento de la democracia, de sus valores, y de los derechos humanos.

En este texto, el autor, apoyándose en pensadores como Armand Mattelart y Javier Echeverría, se muestra muy crítico con la idea de la Sociedad de la Información como la panacea que terminará con todos los males sociales.

Reproducimos algunos fragmentos y un enlace al final de la entrada para acceder al documento completo.

El discurso hegemónico de la sociedad de la información se ha ido construyendo apoyándose especialmente sobre dos premisas:

1ª) La sociedad de la información, gracias a sus las tecnologías (en tratamiento de la información y en telecomunicaciones), facilitará la llegada de una especie de tecnoutopía (Mattelart, 2007) gracias a la cual gran parte de los problemas humanos se resolverán. Se trata de una versión del optimismo tecnológico que desde hace mucho tiempo sostiene que el futuro de la humanidad se resolverá con la ciencia y la técnica. Esto permite seguir depredando el planeta como si tuviera recursos inagotables, despreciando las voces que desde el ecologismo y desde la propia ciencia advierten de que este modelo de producción y consumo nos llevará en pocos años a un precipicio del que no habrá vuelta atrás.

2ª) La sociedad de la información aumentará la calidad de nuestras democracias. Se parte del supuesto de que los ciudadanos podremos intervenir más directamente en los asuntos públicos gracias a las enormes posibilidades de consulta directa que abren las tecnologías de la información y la comunicación.

(…)

Armand Mattelart (…) en un trabajo que lleva por título Premisas y contenidos ideológicos de la sociedad de la información repasa el proceso de elaboración del discurso de la sociedad de la información, concepto que solo se revela, afirma, a la luz de un marco ideológico que no ha permitido la evaluación ciudadana. Tal proceso de elaboración se remonta a mediados del siglo XX; cita a Norbert Wiener, precursor del concepto, que ya advierte en 1948 de los peligros de la sociedad de la información: falta de transparencia, marginación social y lógica mercantilista. La expresión sociedad de la información, nos dice Mattelart, se convierte en central en la construcción de un discurso destinado a desactivar la crítica política. El concepto viene a apuntalar la defensa del fin de las ideologías, del fin de la política, del fin de la lucha de clases y del fin de la conciencia crítica de los intelectuales. La sociedad que vendrá, se profetiza, será una sociedad dirigida por una comunidad tecnocientífica sin ideología.

(…)

Echeverría comienza su texto preguntándose si la sociedad de la información es o será democrática. En su análisis habla de un nuevo espacio social: el tercer entorno, que difiere profundamente del entorno natural (E1) y del entorno urbano (E2). La democracia es un producto de E2, una sociedad es democrática si organiza la vida social en base a principios que rigen en un territorio durante un lapso de tiempo. El tercer entorno escapa a este esquema. En él la democracia se encuentra con varios problemas, ya que E3 desborda las fronteras jurisdiccionales de los estados, trastoca la noción de ciudadanía (en E1 Y E2 lo relevante era ser natural de o ser residente en, ambas condiciones irrelevantes en E3), facilita la emergencia de nuevas formas de poder (la lucha no es por el control de territorios, sino de redes), escapa a los ámbitos jurisdiccionales de la justicia y surgen obstáculos relacionados con la identidad. A continuación, Echeverría se centra en el problema del poder y constata que en E3 ha surgido una nueva forma de dominio, los llamados señores del aire, que son quienes construyen, diseñan y hacen funcionar las redes que necesariamente tenemos que utilizar para comunicarnos. De manera que la infraestructura y el funcionamiento de las redes están controlados por unas pocas empresas transnacionales de teleservicios. Por ello, la sensación de libertad que nos da internet en realidad es compatible con una situación neofeudal de facto.

(…)

En medio de un tsunami privatizador de todo lo público, la biblioteca, como espacio público, se erige en un espacio de resistencia que debe defender la ciudadanía,…

(…)

Democracia y ciudadanía, pues, son conceptos muy vinculados a la misión de la biblioteca pública, por lo que ésta tiene un importante papel en el fortalecimiento de la democracia.

(…)

La batalla que está librando el neoliberalismo para vaciar de contenido la democracia, expoliando bienes comunes, privatizando servicios públicos y convirtiendo a los ciudadanos en meros consumidores, requiere que unamos nuestras fuerzas para no perder niveles democráticos que habíamos conquistado. Pero no solo se trata de una lucha por preservar algo del pasado, se trata de una lucha por nuestro futuro, una lucha que solo podrán llevar a cabo ciudadanos informados. En esa batalla no puede faltar la biblioteca pública, así como su personal, que debe estar convencido de su papel en el fortalecimiento de la democracia y en la difusión de los valores democráticos y de los derechos humanos.

  Texto completo del artículo publicado en la revista de la AAB

 

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